En el pasado, los viñedos más prestigiosos usaban helicópteros. Pero estas herramientas eran caras y contaminantes.
Así que los drones llegan en el momento justo en la carrera para proteger el medio ambiente. También ofrecen un alto grado de precisión para ayudar a los viticultores.
Con las fotos tomadas a lo largo del año, los vinicultores pueden adaptar su trabajo a la rutina diaria y actuar rápidamente.
Además, según los especialistas, los principales competidores de los drones, es decir, los satélites Spot-5 o Formosat-2, no pueden operar cuando el cielo no está despejado.
El UAV ofrece otra ventaja sobre el satélite, la de "diferenciar entre las vides y la hierba entre las filas", evitando así "confundir el estrés hídrico de las vides con el de la hierba".
Menos restrictivos y más precisos, los zánganos a su vez vienen a apoyar a los viticultores.